Nadie escapa a los efectos que la vejez tiene sobre el cuerpo y la mente: ni siquiera nuestros compañeros felinos. Gracias a los avances en medicina veterinaria, alimentación y cuidados para animales, hoy en día los gatos pueden vivir cerca de 18 años. Para garantizar su bienestar en la medida de lo posible y paliar los problemas que causa la vejez durante la última etapa de su vida, es importante seguir una serie de cuidados específicos relacionados con la alimentación, las posibles dolencias que pueda sufrir y su higiene, entre otros factores.
Gatos ancianos: alimentación e hidratación
La alimentación es un aspecto clave para el correcto desarrollo de cualquier animal durante toda su vida, pero especialmente durante la vejez, cuando la falta de apetito hace que las mascotas sean más susceptibles de sufrir desnutrición, deshidratación u otros problemas. El alimento básico de los gatos es el pienso seco, que, además de aportar la energía y los nutrientes necesarios, ayuda a limpiar su dentadura. El tipo y cantidad de pienso ideal depende de la raza, peso y edad, por lo que es aconsejable comentarlo con el veterinario para ofrecerle su dieta ideal.
Cabe tener en cuenta que, cuando llega el verano y, con él, el calor, los gatos ancianos pueden llegar a sufrir deshidratación. Por ello, durante esta época podemos añadir a la dieta un alimento húmedo específico para gatos y, si en algún momento su salud lo requiere, adquirir los suplementos de vitaminas u otros nutrientes que necesite, siempre, bajo la supervisión del veterinario.
Estado de salud y revisiones veterinarias, de la mano
Cuando llega la vejez, al igual que ocurre con las personas, los problemas de salud de los gatos se convierten en algo frecuente y casi rutinario. Es muy importante que, durante esta etapa, los dueños estén más atentos de lo habitual ante cualquier alteración en el cuerpo del animal. Desde la pérdida repentina del apetito, hasta una cojera, pasando por el aumento de la caída del pelo, aparición de bultos o comportamientos extraños, es importante acudir al veterinario cuando percibamos anomalías de este tipo.
Cabe tener en cuenta que los gatos, por naturaleza, son expertos natos en disimular el dolor. Es por ello que se recomienda realizar revisiones veterinarias periódicas, mínimo anuales o, si la edad y estado de salud del animal lo requiere, semestrales, para llevar un seguimiento y poder detectar posibles enfermedades que no hayan presentado síntomas aparentes.
¿Educación durante la vejez? ¡Claro!
Muchas personas asocian la educación y adiestramiento de los gatos a la primera etapa de su vida. Sin embargo, se debe mantener un mínimo de reglas en el hogar, para permitir una convivencia agradable. Pero no solo eso: La estimulación física y mental basada en una correcta educación, juegos y ejercicio suave puede prolongar el bienestar físico, emocional e intelectual del animal durante toda su vida.
Higiene del gato mayor: orejas, dientes, uñas y pelaje
Los gatos son, por lo general, animales muy limpios. Sin embargo, es crucial para su salud y su estado de ánimo que le ayudemos a mantener la higiene en ciertas partes del cuerpo, como los dientes o las uñas, que se puede limpiar él mismo si ponemos a su alcance un tronco, juguete o rascador. Las orejas, por su parte, no deben limpiarse constantemente, ya que los gatos mayores son más susceptibles de padecer otitis, pero sí una vez cada uno o dos meses para evitar la aparición de hongos y ácaros.
En el caso de los dientes, debemos mantener la higiene no solo cuando el gato es mayor, sino durante toda su vida para que, cuando llegue la vejez, pueda conservar su dentadura. Existen golosinas específicas para ello, si bien los alimentos húmedos también ayudan a mantener los dientes limpios.
Y, en cuanto al pelaje, huelga decir que los gatos no son, por lo general, grandes amigos del agua. Sin embargo, podemos cepillarlo para eliminar el pelo muerto entre dos y tres veces a la semana, así como bañarlos con toallitas húmedas o con una esponja empapada con agua tibia.
Con todos estos consejos y, por supuesto, mucho cariño y amor, el gato podrá disfrutar de una vida larga, saludable y, sobre todo, muy feliz.