Rapar a tu perro en verano es una práctica común cuando, como dueño, buscas formas de mantener a tu mascota fresca y cómoda. Sin embargo, esta acción podría llegar a ser perjudicial para nuestros amigos de cuatro patas. En este artículo, exploraremos las razones por las cuales no debes rapar a tu perro en verano y ofreceremos alternativas más seguras y efectivas para mantener a tu mascota fresca durante los días más calurosos.

Beneficios del pelaje de los perros en verano

Rapar a tu perros en verano parece una solución lógica para mantenerlo fresco, pero, en realidad, su pelaje juega un papel crucial en su regulación térmica y protección. El pelaje actúa como un aislante natural, protegiendo a los perros del calor excesivo y de los dañinos rayos. Al mantener su pelaje y cuidarlo adecuadamente, aseguramos que nuestros perros estén mejor equipados para enfrentar el calor y mantener una piel sana y protegida. Por ello, es esencial reconsiderar la práctica de rapar a las mascotas durante esta época del año y, en su lugar, enfocarse en otros métodos para mantenerlos frescos y cómodos.

Capas del pelaje de los perros y sus funciones

El pelaje de los perros no solo es una característica estética, sino que cumple funciones vitales para su bienestar. Está compuesto por varias capas, cada una con un papel específico en la protección de su salud. Conocer sus funciones te ayudará a comprender por qué no debes rapar a tu perro en verano.

Capa exterior (cobertura)

La capa exterior del pelaje, también conocida como cobertura, está formada por pelos largos y gruesos que sirven como primera línea de defensa contra los elementos externos. Su función protectora se divide en dos grandes pilares:

  • Barrera contra peligros del exterior: esta capa protege al perro del polvo, la suciedad y la humedad, y actúa como un escudo contra la radiación ultravioleta. Además, ayuda a prevenir lesiones menores causadas por ramas, piedras y otros objetos durante los paseos y actividades al aire libre.
  • Impermeabilidad: los pelos largos y duros de la capa exterior tienen propiedades repelentes al agua, lo que ayuda a mantener la piel seca y protegida durante la lluvia o el baño.

Subpelo

La capa interna del pelaje, conocida como subpelo, está compuesta por pelos más cortos, finos y densos. Esta capa es crucial para la regulación térmica del perro:

  • Aislamiento térmico: el subpelo actúa como un aislante natural, atrapando el aire cerca de la piel y manteniendo al perro caliente en invierno y fresco en verano. En climas fríos, esta capa minimiza la pérdida de calor corporal, mientras que, en climas cálidos, disipa el calor y evita el sobrecalentamiento.
  • Regulación de la temperatura corporal: durante el verano, el subpelo se adelgaza naturalmente, permitiendo una mejor circulación del aire y facilitando la evaporación del sudor, lo que ayuda a mantener la temperatura corporal en niveles óptimos.

Capa intermedia

Algunos perros tienen una capa intermedia entre la cobertura y el subpelo que proporciona beneficios adicionales en términos de absorción y distribución de la humedad. Esta capa intermedia absorbe la humedad, evitando que llegue a la piel y previniendo problemas dermatológicos como la dermatitis húmeda. Además, distribuye la humedad de manera uniforme, lo que mantiene la piel y el pelaje en buen estado.

Riesgos de rapar a tu perro en verano

Rapar a un perro durante el verano podría tener consecuencias perjudiciales para su salud y bienestar. A continuación, te contamos los problemas más comunes y relevantes que suelen surgir al realizar esta práctica ignorando sus riesgos.

Quemaduras solares

El pelaje de los perros actúa como una barrera protectora contra los rayos ultravioleta del sol. Al rapar a un perro, se elimina esta protección natural, dejando la piel expuesta a los rayos solares. Esto aumenta el riesgo de sufrir quemaduras solares, que son dolorosas e incrementan la probabilidad de padecer cáncer de piel. Las razas con piel más clara y menos pigmentada son especialmente vulnerables.

Irritaciones cutáneas

El rapado suele causar irritaciones cutáneas y heridas. La exposición de la piel desnuda al sol, al polvo y a otros elementos ambientales podría llevar a dermatitis y otras afecciones de la piel. Además, el proceso de rapar a un perro en sí causa microtraumas en la piel del perro, facilitando la entrada de bacterias y otros agentes infecciosos.

Golpe de calor

Contrario a lo que se piensa, el pelaje ayuda a mantener a los perros frescos en verano. Actúa como un aislante, regulando la temperatura corporal al atrapar una capa de aire cerca de la piel. Sin esta capa protectora, los perros son más susceptibles a golpes de calor, ya que su cuerpo pierde la capacidad de regular la temperatura eficientemente.

Estrés y ansiedad

Además de los problemas físicos, rapar a un perro afecta negativamente a su bienestar emocional. La pérdida repentina de su pelaje, al que están acostumbrados, genera una sensación de vulnerabilidad e incomodidad, e incluso pueden sentirse desorientados y expuestos, lo que provoca un aumento en los niveles de estrés y ansiedad. Este malestar también se manifiesta a través de cambios en el comportamiento, como la inquietud, la irritabilidad o incluso la violencia.

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