Las hernias son una condición que afecta a muchos animales, incluidos los gatos. Se producen cuando un órgano o tejido interno se sale de su lugar normal y se aloja en una cavidad o espacio anormal. Esto puede causar dolor, inflamación, infección y complicaciones graves si no se trata a tiempo.
¿Qué es una hernia?
Una hernia es una protuberancia o bulto que se forma cuando una parte del cuerpo se desplaza de su posición normal y se introduce en otra zona. Por ejemplo, una hernia umbilical ocurre cuando el ombligo del gato no se cierra correctamente después del nacimiento y deja un hueco por el que puede salir parte del intestino.
Otra hernia común en los gatos es la inguinal, que se produce cuando el canal inguinal (por donde pasan los testículos en los machos y el ligamento redondo del útero en las hembras) se dilata y permite que el intestino o la vejiga se deslicen hacia la ingle.
Las hernias pueden ser congénitas (presentes desde el nacimiento) o adquiridas (debidas a un traumatismo, una cirugía, un esfuerzo excesivo o una enfermedad). También pueden ser reducibles (cuando el órgano o tejido puede volver a su lugar con un masaje suave) o irreducibles (cuando el órgano o tejido queda atrapado y no puede regresar a su sitio).
¿Por qué los gatos sufren de hernias?
Los gatos pueden sufrir de hernias por varias razones. Algunas de las más frecuentes son:
- Una debilidad o defecto en la pared abdominal o inguinal, que puede ser hereditaria o desarrollarse con el tiempo.
- Un traumatismo, como un golpe, una caída, un atropello o una mordedura de otro animal, que provoque una rotura o desgarro en la pared abdominal o inguinal.
- Una cirugía, como la esterilización, que implique una incisión en la zona abdominal o inguinal y que pueda causar una infección, una mala cicatrización o una tensión excesiva en los puntos de sutura.
- Un esfuerzo excesivo, como el parto, el estreñimiento, la tos o el vómito, que aumente la presión intraabdominal y empuje los órganos hacia fuera.
- Una enfermedad, como un tumor, una inflamación o una obstrucción intestinal, que altere la posición o el tamaño de los órganos internos.
¿Cómo detectar una hernia en mi gato?
El síntoma más evidente de una hernia en un gato es la presencia de un bulto o protuberancia en la zona abdominal o inguinal. Este bulto puede variar de tamaño y forma según el tipo y grado de la hernia. Puede ser blando o duro, móvil o fijo, doloroso o indoloro. También puede cambiar de aspecto según la postura del gato o si se le aplica presión.
Además del bulto, otros signos que pueden indicar una hernia en un gato son:
- Pérdida de apetito
- Vómitos
- Diarrea
- Estreñimiento
- Dificultad para orinar
- Sangre en las heces o en la orina
- Fiebre
- Letargo
- Depresión
- Irritabilidad
Si observas alguno de estos síntomas en tu gato, debes acudir al veterinario lo antes posible para que le realice un examen físico y le haga las pruebas necesarias para confirmar el diagnóstico y descartar otras posibles causas.
¿Cuál es el tratamiento para una hernia en gatos?
El tratamiento para una hernia en gatos dependerá del tipo, tamaño y localización de la misma, así como del estado general de salud del animal. En algunos casos, las hernias reducibles pueden resolverse solas con el tiempo o con la ayuda de un masaje suave. Sin embargo, la mayoría de las hernias requieren una intervención quirúrgica para reparar el defecto y colocar los órganos en su lugar.
La cirugía consiste en hacer una incisión en la piel sobre la hernia, liberar el órgano o tejido atrapado, revisar su estado y devolverlo a su posición normal. Luego se cierra el orificio o la rotura con puntos de sutura o mallas especiales. Finalmente se sutura la piel y se aplica un vendaje o un collar isabelino para evitar que el gato se lama o muerda la herida.
La cirugía suele ser un procedimiento seguro y efectivo, pero como toda operación conlleva algunos riesgos, como la anestesia, la infección, el sangrado, la recurrencia o la formación de adherencias. Por eso es importante seguir las indicaciones del veterinario antes y después de la intervención, así como acudir a las revisiones periódicas.
¿Cómo prevenir que mi gato desarrolle una hernia?
No siempre es posible prevenir que un gato desarrolle una hernia, ya que algunas pueden ser congénitas o debidas a factores imprevisibles. Sin embargo, hay algunas medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo, como:
- Esterilizar al gato a una edad temprana, preferiblemente antes del primer celo, para evitar el embarazo y el parto, así como algunas enfermedades que pueden favorecer las hernias.
- Mantener al gato en un peso adecuado, evitando la obesidad y el sobrepeso, que pueden aumentar la presión intraabdominal y debilitar la pared muscular.
- Ofrecer al gato una alimentación equilibrada y de calidad, que le aporte los nutrientes necesarios para mantener una buena salud y evitar el estreñimiento o la diarrea.
- Proporcionar al gato agua fresca y limpia en abundancia, para favorecer su hidratación y su función renal y urinaria.
- Proteger al gato de posibles accidentes domésticos, como caídas, golpes o atrapamientos, que puedan causarle lesiones internas o externas.
- Llevar al gato al veterinario con regularidad para realizarle chequeos preventivos y vacunarlo y desparasitarlo según el calendario establecido.
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Las hernias en gatos son una condición que puede tener diversas causas y consecuencias. Es importante detectarlas a tiempo y tratarlas adecuadamente para evitar complicaciones que puedan poner en riesgo la vida del animal. También es conveniente adoptar algunas medidas preventivas para reducir el riesgo de que se produzcan, y ante cualquier duda o señal de alerta acercarte rápidamente al veterinario más cercano a tu ubicación. Por ello, puedes contar con nuestros planes de salud de VetPlan que tienen la mayor red de veterinarios de toda España. Así podrás mantener cuidada la salud de tu felino sin importar dónde se encuentre. Conoce nuestros planes de salud y protege a tu mascota con VetPlan.