Los gatos son animales muy limpios por naturaleza, pero eso no significa que no necesiten nuestra ayuda para cuidar su higiene. Una buena higiene en ellos es esencial para prevenir enfermedades, parásitos y malos olores, así como para mejorar el bienestar y la convivencia con nuestra mascota. En este artículo te ofrecemos algunos consejos prácticos para mantener a tu felino limpio y saludable.
Cepillado del pelo
El cepillado del pelo es una de las rutinas de higiene más importantes para los gatos, especialmente si tienen el pelo largo o semilargo. Este ayuda a eliminar el pelo muerto, la suciedad y los nudos, evitando que se formen bolas de pelo en el estómago. Además, es una forma de fortalecer el vínculo con nuestra mascota, ya que le proporciona un masaje relajante y le recuerda al acicalamiento maternal.
Lo ideal es cepillar al felino al menos una vez por semana, usando un cepillo adecuado para su tipo de pelo y siguiendo la dirección del crecimiento del pelo. Si este se resiste al cepillado, podemos premiarlo con golosinas o juguetes para que asocie esta actividad con algo positivo.
Limpieza de los ojos
Los ojos de los gatos suelen estar limpios y brillantes, pero a veces pueden acumular legañas o secreciones debido a alergias, infecciones o cuerpos extraños. Para limpiar sus ojos, podemos usar una gasa o un algodón humedecido en agua tibia o en suero fisiológico, y frotar suavemente desde el lagrimal hacia afuera, sin tocar el globo ocular.
Si observamos que este tiene los ojos rojos, inflamados, llorosos o con secreciones anormales, debemos acudir al veterinario para descartar cualquier problema ocular grave.
Limpieza de las orejas
Las orejas de los gatos también requieren una limpieza periódica, ya que pueden acumular cera, suciedad o ácaros. Para limpiarlas, podemos usar una gasa o un algodón humedecido en agua tibia o en una solución específica para la higiene auricular de los gatos, y frotar suavemente el interior de la oreja, sin introducir nada en el canal auditivo.
Si notamos que este se rasca las orejas con frecuencia, sacude la cabeza o tiene las orejas sucias, rojas o malolientes, debemos consultar con el veterinario para descartar una otitis u otra afección.
Limpieza de los dientes
La higiene dental de los gatos es fundamental para prevenir la acumulación de sarro, la gingivitis y otras enfermedades bucodentales que pueden afectar a la salud general del felino. Lo ideal es acostumbrarlo desde pequeño a que le cepillemos los dientes con un cepillo y una pasta dental específicos para gatos, realizando movimientos circulares sobre las encías y los dientes.
Si tu felino no tolera el cepillado, podemos recurrir a otros productos como golosinas dentales, juguetes masticables o aditivos para el agua que ayudan a limpiar los dientes. También es recomendable llevarlo al veterinario una vez al año para que le realice una revisión dental y le aplique una limpieza profesional si fuera necesario.
Limpieza de las uñas
Las uñas de los gatos son una parte esencial de su anatomía, ya que les sirven para defenderse, trepar y marcar su territorio. Por eso, no debemos cortarlas ni extirparlas, sino proporcionarles un rascador donde puedan afilarse las uñas y desgastarlas de forma natural.
Si sus uñas están demasiado largas o se enganchan con facilidad, podemos recortarles solo la punta con un cortaúñas específico para gatos, teniendo cuidado de no dañar el tejido vivo que contiene nervios y vasos sanguíneos. Si no estamos seguros de cómo hacerlo, podemos pedirle al veterinario que nos enseñe o que lo haga él mismo.
Baño
Los gatos no suelen necesitar baños frecuentes, ya que se limpian ellos mismos con su lengua. Sin embargo, en algunas ocasiones puede ser necesario bañar al felino, por ejemplo, si se ha ensuciado con alguna sustancia tóxica, si tiene el pelo muy graso o si sufre alguna enfermedad de la piel.
Para bañarlo, debemos usar un champú específico para gatos, adaptado a su pH y a su tipo de pelo, y aplicarlo con un masaje suave sobre el pelo mojado con agua tibia. Luego, debemos aclarar bien el pelo con agua y secarlo con una toalla o un secador a baja temperatura, evitando que el gato se enfríe o se estrese. Si el gato no está acostumbrado al baño, podemos premiarlo con golosinas o juguetes para que se sienta más cómodo con la actividad.
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Estos son algunos de los consejos básicos para mantener una buena higiene en gatos, pero no debemos olvidar que cada felino es único y puede tener unas necesidades específicas según su edad, raza, estado de salud o estilo de vida. Por eso, es importante consultar con el veterinario cualquier duda que tengamos sobre la higiene de nuestra mascota y seguir sus recomendaciones para garantizar su bienestar.
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